lunes, 15 de noviembre de 2010

GENTE CORRIENTE

Siempre me he enfrentado con la duda de si el actor es suficientemente significativo en sí mismo
 
En el período comprendido entre 1969 y 1979, Robert Redford había rodado un total de quince películas y se encontraba en la cima de la popularidad. Fue precisamente entonces cuando decidió tomarse la vida con más calma y darle un giro a su carrera cinematográfica iniciándose en el camino de la dirección.

De hecho, en la década de los 80 tan sólo rodó como actor cuatro títulos. Aunque, eso sí, “Brubaker”, “El mejor”, “Memorias de África” y “Peligrosamente juntos” siguieran confirmando su infalible imán para el público que acudía a verle a las salas de cine.
El 19 de Septiembre de 1980, hace ya 30 años, se estrenaba en Nueva York “Gente corriente” (Ordinary people), un más que correcto debut en la dirección del hasta entonces sólo actor y productor Robert Redford.


Presentada por la Paramount Pictures y la Wildwood Enterprises, la propia productora de Redford, la película tomaba como base la novela homónima de Judith Guest. A través de un excelente guión de Alvin Sargent, se nos presentaba a una corriente familia americana que ve tambalear su unidad al morir uno de sus miembros. Una madre insensible, un padre comprensivo pero débil y un hijo traumatizado por la repentina muerte de su hermano contribuían a esta desintegración familiar.

El Canon en Re mayor compuesto por Johann Pachelbel, con arreglos de Noel Goemanne y Jean-François Paillard, es la pieza musical protagonista de la película, cuya banda sonora viene firmada por el reconocido compositor americano Marvin Hamlisch, artífice, entre otras, de la música de “Tal como éramos”, “El golpe” o “A chorus line”.
Como dato curioso, el que aparezca aquí como ayudante musical Scott Grusin, hijo de Dave Grusin, inseparable compositor de Sydney Pollack que Redford elegiría para “Un lugar llamado Milagro”, su segunda incursión en la dirección cinematográfica.

Filmada en su totalidad en Chicago (Illinois), “Gente corriente” obtuvo críticas muy elogiosas en lo referente a su dirección, ya que se salía de los dramas familiares al uso y entraba de forma admirable en el estudio psicológico de los personajes. Esto iba unido, además, a una excelente interpretación de los cuatro actores principales.

La historia que nos cuenta “Gente corriente” gira en torno a Conrad, el miembro más joven de la familia Jarrett. Conrad se considera culpable por la muerte, en realidad accidental, de su hermano Buck. Ignorado por su madre, sí encuentra en cambio el apoyo en su padre quien, aun incapaz de ayudarle personalmente, le anima a intentar buscar una solución a través de la psiquiatría.
Un regalo afortunado. A pesar de que cuando me llamaron para el papel me temblaba todo el cuerpo

Para interpretar el personaje de Conrad, Robert Redford eligió a Timothy Hutton, un joven actor aún desconocido en la gran pantalla que ya había intervenido en varios títulos para la televisión.

Timothy no defraudó en absoluto, ni a Redford ni al espectador, en su debut cinematográfico. Su caracterización del joven Conrad es, sin duda, una de las mejores interpretaciones que nos ha dado la gran pantalla. Hutton está, sencillamente, sensacional.
Me siento afortunado por haber estado en una película como ésta, trabajando con Robert Redford como director y siendo tan bien acogida como lo fue

Incluso la Academia de Hollywood no pudo por menos que rendirse ante su magnífico trabajo.

Compitiendo curiosamente en la categoría al mejor actor secundario, algo incomprensible por el carácter indiscutiblemente protagonista de su personaje en la cinta, Timothy se alzó con la estatuilla del Oscar por encima de nombres como Judd Hirsch (como psiquiatra en “Gente corriente”), Michael O’Keefe (“El don del coraje”), Joe Pesci (“Toro salvaje”) y Jason Robards (“Melvin y Howard”).


Sí, grandes actores todos sus compañeros de categoría, pero su magistral interpretación en “Gente corriente bien merecía esta recompensa.  
Mary Tyler Moore (su madre en la película) y Jack Lemmon fueron los encargados de entregarle a Timothy Hutton su galardón tras una gran ovación de toda la sala.

Al recoger el Oscar, Timothy quiso dar las gracias a todos sus compañeros de reparto, a Alvin Sargent, el guionista, y a Judith Guest, autora de la novela. Y “a un maravilloso director, Robert Redford”.


Y añadía después su agradecimiento a su padre, Jim Hutton, entrañable actor tristemente fallecido el año anterior a la temprana edad de 45 años, que siempre será recordado por títulos como “Mayor Dundee”, “La batalla de las colinas del whisky” o “Apartamento para tres”.

En “Gente corriente”, Timothy Hutton se encontraba perfectamente arropado por Donald Sutherland y Mary Tyler Moore, los dos actores que interpretaron en la pantalla a Calvin y Beth, los padres de Conrad.
En un principio, Redford pensó en Gene Hackman, con el que había entablado una buena amistad tras coincidir en “El descenso de la muerte”, para encarnar al padre de Conrad o a su psiquiatra, pero Hackman finalmente no aceptó.

Donald Sutherland fue la siguiente opción del director. Donald ya era rostro conocido de la pequeña y gran pantalla por series como “Mash”, “El santo” o “Los vengadores” y títulos cinematográficos como “Doce del patíbulo”, “Klute” o “Como plaga de langosta”.

Redford quería a Sutherland para el papel del Dr. Berger, pero a Donald le interesó más el personaje de Calvin Jarrett y convenció a Robert para que se lo cambiara.
Durante el rodaje, cuando se filmó la escena en la que Calvin le describe al psiquiatra la muerte de su hijo, nadie se dio cuenta de que el actor tartamudeaba. Lejos de pedirle Redford que repitiera la toma, optó por utilizarla porque sentía que era perfecta.
Durante el montaje de la escena final en el comedor entre Calvin y Beth, Donald consideró que se podría mejorar su interpretación. Al no poder repetirse la escena con Mary Tyler Moore por encontrarse ésta haciendo una obra de teatro en Nueva York, actor y director volvieron a rodar la parte de Donald dándole el propio Redford la réplica fuera de cámara.

Y es que, realmente, Sutherland se metió de lleno en su personaje, del que hace una maravillosa caracterización.
Para dar vida a Beth Jarrett, la madre de Conrad, Redford tenía en mente a Lee Remick. Natalie Wood también estaba interesada en el papel pero el director no la veía en este personaje.

Finalmente. Robert se decidió por Mary Tyler Moore, principalmente conocida por su exitoso papel en “La chica de la tele” (The Mary Tyler Moore Show).
El ambiente era muy cálido y divertido, y esto hacía que me involucrase del todo en el personaje. Aunque, de vez en cuando, mi personalidad se dividía saliendo a la luz algo en mi mente que decía: ¡Ése es Robert Redford! Entonces tenía que hacer un gran ejercicio de disciplina personal para volver a la historia y seguir diciendo el guión sin revelar mi lapsus mental

Cambiando totalmente el registro cómico que Moore había mostrado a través de la pequeña pantalla, Redford consiguió sacar de ella una interpretación muy acorde con el insensible y duro personaje de Beth.
El reparto de “Gente corriente” se completaba a la perfección con Judd Hirsch como el doctor Berger y Elizabeth McGovern como Jeannine.

Con alguna incursión cinematográfica a sus espaldas, Judd venía principalmente de la pequeña pantalla donde, en el momento del rodaje de “Gente corriente”, estaba triunfando como protagonista de la serie “Taxi”. De hecho, el actor accedió a intervenir en la película a condición de que no le interfiriera con el horario de grabación de la serie.


Caso curioso también el de Elizabeth McGovern, que debutaba en “Gente corriente” como actriz. Elizabeth era entonces estudiante en la Juilliard School de Nueva York, escuela que no había permitido hasta entonces a ningún estudiante hacer una película durante un curso escolar. En su caso hizo una excepción pero con la condición de que sólo se ausentara de la escuela en los fines de semana para rodar la película.

Y había en la trama un personaje de aparición muy breve pero que, sin embargo, era crucial para el progreso de recuperación de Conrad. Karen, su compañera en el hospital, la que mejor entendía, por tanto, sus contradictorios sentimientos.
Redford eligió para este papel a Dinah Manoff, actriz a la que antes habíamos visto en pequeños papeles en “Grease” y en la serie “Enredo”. Dinah hace una breve pero maravillosa composición de la amiga de Conrad.

Una dramática interpretación que estaba muy lejos del logrado papel cómico por el que se nos hizo un rostro popular, el de Carol, una de las dos hijas de Harry Weston en la serie “Nido vacío”.

Gente corriente” no sólo fue bien acogida por la crítica y el público. Un buen número de premios avalaban también su más que correcta calidad como película.
En la ceremonia de los Oscars, el film se hizo con cuatro de sus estatuillas principales: película, director, guión adaptado y actor secundario (Timothy Hutton). Pero además fueron también nominados Mary Tyler Moore y Judd Hirsch como mejor actriz y actor secundario, respectivamente.

Robert Redford, en su debut en la dirección, fue elegido por encima de otros cuatro directores de peso: David Lynch (“El hombre elefante”), Martin Scorsese (“Toro salvaje”), Richard Russ (“El especialista”) y Roman Polanski (“Tess”).

Los Globos de Oro también reconocieron la calidad de “Gente corriente” con otros cuatro galardones a la mejor película, mejor director, mejor actriz (Mary Tyler Moore) y mejor actor secundario, Timothy Hutton, que además recibió una mención especial como nueva estrella del año.
Nominada también a mejor película extranjera en los Premios de la Academia japonesa y a mejor actriz y mejor actor secundario en los ingleses Premios Bafta, “Gente corriente” recibió además un DGA Award en los Directors Guild of America para Robert Redford y el equipo completo de producción y dirección.

Y fue premiada también con tres KCFCC Award para Robert Redford, la película y Timothy Hutton como mejor actor secundario en los Kansas City Film Critics Circle Awards y un LAFCA Award de nuevo para Huttton como mejor actor secundario en Los Angeles Film Critics Association Awards
Y con dos NBR Award al mejor director y mejor película en los neoyorkinos Premios National Board of Review, un NYFCC Award a la mejor película en los New York Film Critics Circle y un WGA Award  al mejor guión adaptado en los Writers Guild of America.
Cuando “Gente corriente” se estrenó en Utah, algunos de sus actores fueron invitados a pasar unos días en el rancho de Redford. El título del film, así como el comportamiento campechano del actor con sus invitados, le hizo ganarse el apelativo de “Bob, el corriente”.

Dirigir mis propias películas me ha hecho más tolerante y paciente. Como actor siempre fui muy impaciente, había demasiadas tomas y no quería gastar demasiado de mi tiempo en el set de rodaje. Esperar a que comenzásemos me volvía loco. Pero ahora he aprendido y siento mucha más simpatía por el esfuerzo de los directores

(ROBERT REDFORD)

miércoles, 18 de agosto de 2010

SUNDANCE KID

Harry Alonzo Longabaugh nació en 1867 en Pennsylvania. En 1887, condenado por robo de caballos, fue sentenciado a 18 meses de prisión en Sundance, Wyoming. De ahí le vino su apodo posterior como The Sundance Kid.

Posiblemente, Kid conoció a Butch Cassidy tras ser liberado de la prisión, allá por 1896, formando posteriormente con él y con otros miembros la llamada “Wild Bunch”. Pero realmente se sabe muy poco de sus andanzas antes de asociarse a dicha banda y, aunque verdaderamente era muy rápido con la pistola y a menudo se le describe como “pistolero”, no existe información alguna que acredite que hubiera matado a nadie antes del famoso tiroteo en Bolivia.


En 1968, a Robert Redford se le ofreció la oportunidad de encarnar a Butch Cassidy o a Sundance Kid en la gran pantalla. Sería dirigido por George Roy Hill y compartiría cartel con Paul Newman. Según cuenta el propio Redford, la Fox quería un nombre estelar para colocarlo junto al de Newman, lo cual le dejaba a él fuera del proyecto.

William Goldman, el guionista de la película, le pidió a Robert que leyera lo que había escrito. A Redford le parecía inútil aquello pues, si le gustaba, su aprobación serviría de bien poco. Pero lo leyó, a petición de sus agentes, pidiéndosele además que eligiera a uno de los dos personajes principales.

Butch: “Eh, ¿qué opinas? Seguro que es uno sólo”
Sundance: “¿No te cansas de acertar siempre?”

Los protagonistas debían estar unidos por su relación. Ambos eran unos inadaptados, unos forajidos. Así que, en ese sentido, eran unos personajes que se protegían mutuamente, aunque no lo reconocían. La amistad que entablaban evolucionaba de un modo natural

A Robert le gustaron los dos personajes.

"Es cierto que Roy Hill me quería a mi, pero el Estudio se oponía y, además, faltaba por conocer lo que quería Newman. Así que, un día, nos fuimos a cenar. Hablamos de carreras de coches, de dónde nos gustaría vivir. En cuanto a la película, llegamos a un acuerdo tácito: en caso de que yo la hiciese, él haría de Butch Cassidy y yo encarnaría a Sundance Kid

“No sabía que era Sundance cuando dije lo de las trampas”

Redford, finalmente, fue elegido para el proyecto. Y así comenzó el rodaje de “Dos hombres y un destino”.

"Yo no conocía a Paul, él no me conocía. Lo enfocamos desde la perspectiva de unos actores que encarnaban a unos personajes, y partiendo de esa base fuimos evolucionando. Posiblemente, lo más destacable es el modo en que Paul y yo acompasamos nuestro ritmo de trabajo y el haber conseguido trasladar a nuestros personajes los vínculos que estábamos desarrollando

Butch: “Kid, si en otra ocasión te digo: ¿por qué no vamos a Bolivia?, debemos ir a Bolivia…”
Kid: “… En otra ocasión”

Y aunque tenían diferentes formas de actuar, la espontaneidad en Redford y “el método” en Newman, era evidente que su química en pantalla funcionaba a la perfección.

Sabido es que Robert Redford siempre ha sido reticente a hacer apariciones en público si no es algo estrictamente necesario. Sabido es también que, en caso de aparecer, lo hará tarde, costumbre que le costó la broma de “Esperando al zurdo”, título con el que Paul Newman quería bautizar el filme “Dos hombres y un destino” en honor a las tardanzas de su ambidiestro compañero de rodaje.


No puedo acabar de explicarme las razones que me han llevado a identificarme de un modo tan completo con el personaje de Sundance Kid. Quizá debería decir que hubo un tiempo, cuando todavía era muy joven, en que yo no pensaba que ser un fuera de la ley resultase algo malo, sino que incluso me parecía hasta un tanto atractivo…

Butch: “¿Qué más pueden hacer?”
Sundance: “Pueden rendirse, pero no cuento con ello”

Pocos papeles me han cuadrado tan bien como el de “Dos hombres y un destino”. Estaba tan a gusto dentro de él que casi me sentía culpable por cobrar


Dos hombres y un destino” se rodó en su mayor parte en el Zion National Park, en el estado de Utah.


Redford estuvo en Utah por primera vez en 1961 y se enamoró del lugar. En 1968 compró por 500 dólares una hectárea de tierra en las montañas Wasatch de ese estado.


Y en 1969, gracias a las ganancias de “Dos hombres y un destino”, pudo hacerse con más acres.


A finales de los años 60, Robert compró también en este lugar una estación de esquí. Y más adelante, organizó aquí una serie de conferencias cinematográficas. A este proyecto lo llamó Sundance Institute.


En la década de los 70 trabajé muchísimo en el cine. Dado que llevaba trabajando muy intensamente, quería empezar a devolverle al cine algo de lo que me había dado. De ahí nació la idea del Sundance Institute

A finales de los años 70 vio la necesidad de descubrir filmes independientes que tuviesen un mensaje importante que aportar a la sociedad. Películas que difícilmente llegaban al gran público, de bajo presupuesto y hechas por cineastas desconocidos. Para darles una oportunidad comenzó a fraguar la idea de un Festival que las agrupase.


En 1985 tomaría finalmente el nombre de Festival de Cine de Sundance de forma ya competitiva.

Estoy convencido de que ayudar en la realización del cine independiente es una manera de ayudar a la industria del cine en general


Cuando decidió crear el Festival, muchos pensaron que estaba loco, primero por celebrarlo en invierno y segundo por colocarlo en el calendario pocas semanas antes de los Oscars.

Las películas independientes nunca reemplazarán a las producciones de estudio porque éstas son claramente un reflejo de la cultura popular. Eso es así y está bien. Con mi apoyo al cine independiente, lo único que quiero es abrir el menú tanto para la audiencia como para el realizador

Hoy, el Festival es un éxito completo de público, de actores y de productores. Aquí brotan películas de culto, directores llamados a formar parte del futuro de Hollywood y, sobre todo, “un montón de arte”.


Lo más importante en Sundance es su continua evolución. Cuando tienes la fortuna de conseguir el éxito tienes que reinventarte a ti mismo

Es, sin duda alguna, el certamen de Cine Independiente más importante del mundo. Certamen que en 2009 celebró ya su 25 aniversario.


En 1996, Redford puso también en funcionamiento el Sundance Channel con el objetivo inicial de emitir películas independientes las veinticuatro horas del día.

El uso de la televisión debe ser estimulante para el espectador. Hoy en día la enchufas y te encuentras tertulias, programas de testimonios y lucha libre. No hay nada equivalente a los dramas de la edad de oro

Hoy, entre otros canales temáticos del Sundance Channel, se encuentra también el destinado a la ecología.


Hoy son 2.000 las hectáreas con las que cuenta Robert Redford en este lugar paradisíaco de Utah donde se encuentra su hogar, el Instituto Sundance, un refugio de igual nombre y, durante dos semanas en Enero, el Festival de Cine Independiente.

Desde este humilde blog, Robert, yo te felicito por tus evidentes logros en tu firme apuesta conjunta por el arte y la ecología. Y hoy, en especial, te felicito también por ser tu cumpleaños. Y que cumplas muuuchos más.


Estoy muy orgulloso con lo que ha ocurrido porque he visto realizada mi meta. Para mí es mucho más importante TENER UN SUEÑO, una visión de lo que se quiere en la vida, que hacer montañas de dinero

(ROBERT REDFORD)