domingo, 18 de agosto de 2013

Bob y Jane

Hay algo en Robert que hace
que sea imposible no enamorarse de él…
(Jane Fonda)


Totalmente de acuerdo contigo, Jane, totalmente de acuerdo… Bueno, a lo que vamos. Hoy celebramos aquí el tercer aniversario de “The natural Redford”, así como el cumpleaños de Robert… ¡Felices 77, Bob! Y Jane, como no podía ser de otra manera, ha querido acompañarnos en semejante y doble celebración.

En 1960 debutaba Robert Redford como actor en la pequeña pantalla en un episodio de la serie televisiva “Maverick”, apareciendo después en otro episodio de otra serie y en un telefilme.


Y en ese mismo 1960 coincidía por vez primera en la pantalla grande con Jane Fonda en una película que casualmente supondría el debut cinematográfico para ambos actores.


En ”Me casaré contigo” (Tall story) y en el papel de June Ryder, Jane compartía protagonismo con Anthony Perkins mientras que Robert daba vida a un jugador de baloncesto más, papel que Redford ya había llevado a cabo anteriormente en los escenarios y para cuya interpretación no tenía que aprenderse ni una sola línea de diálogo, no pronunciaba una sola palabra.

Había algo cuando caminaba, ese carisma estaba en el aire y eso me llevó a pensar que era uno de los elegidos para hacer algo. Nunca me sorprendí cuando comenzaron a ocurrirle cosas buenas dentro de la interpretación
(Herman Shumlin, director de la representación)


En “Me casaré contigo” Jane y Robert trabajaron a las órdenes de Joshua Logan, escritor y director neoyorkino que en 1938 había dirigido a Henry Fonda en la película “Volvió el amor” y diez años más tarde en la obra teatral “Mr. Roberts”. Logan y Hank se habían conocido en 1928 en la University Players, compañía teatral de Nueva York, lugar donde iniciaron una más que firme amistad. Nueve años después, Logan se convertía en el padrino de Jane.


Ese mismo año de “Me casaré contigo”, Robert coincidía en un episodio de la serie “El representante de la ley” (The Deputy) con el protagonista de la misma, el mismísimo Henry Fonda.

Redford siguió apareciendo después en otras series televisivas como “Perry Mason”, “Alfred Hitchcock presenta”, “Los intocables”, “El virginiano” o “Dimensión desconocida”, así como en otros títulos cinematográficos como “War hunt” (donde compartió cartel con un entonces debutante actor llamado Sydney Pollack), “Situación desesperada, pero menos” y “La rebelde”.

Por su parte Jane, tras “Me casaré contigo”, intervenía en títulos cinematográficos como “La gata negra”, “Confidencias de mujer”, “Domingo en Nueva York” (protagonizado anteriormente por Redford en su versión teatral), “Los felinos” o “La ingenua explosiva”.


Y en 1966, Robert y Jane volvían a compartir reparto cinematográfico en “La jauría humana” (The chase), dirigidos esta vez por Arthur Penn en los papeles, respectivamente, de Bubber y Anne Reeves, un matrimonio muy poco avenido.


Jane sentía curiosidad por trabajar con Redford y Robert también quería trabajar con Fonda y con actores que se hubieran formado en el Método, si bien él se inclinaba más hacia la interpretación intuitiva. Este título supuso para ambos un paso importante en sus respectivas carreras.

Tras “La jauría humana”, Jane intervenía en otras películas como “El engaño”, “Cualquier miércoles” o “La noche deseada”. Redford, por su parte, era dirigido por vez primera por Sydney Pollack en “Propiedad condenada”.




Y en 1967 Jane y Robert volvían a coincidir en “Descalzos por el parque” (Barefoot in the park), una de las mejores comedias de la historia del cine, dirigida con gran maestría por el norteamericano Gene Saks, en la que Jane y Robert daban vida, respectivamente, a Corey y Paul Bratter, otro matrimonio de recién casados pero esta vez muy, muy bien avenido.






Redford había ya interpretado con anterioridad este personaje en el teatro, y con gran éxito, y Jane era escogida entre varias candidatas como su pareja cinematográfica. Aunque se habían conocido en “La jauría humana”, la relación entre ambos actores no había sido demasiado fluída. Durante el rodaje de “Descalzos por el parque” cimentaron ya las bases de una sólida amistad.

Tras “Descalzos por el parque”, Redford se embarcó en otros títulos cinematográficos como “Dos hombres y un destino”, “Un diamante al rojo vivo”, “El candidato”, “Las aventuras de Jeremiah Johnson”, “Tal como éramos”, “El golpe”, “El gran Gatsby”, “Los tres días del cóndor”, “Todos los hombres del Presidente” o “Un puente lejano”.

Jane, por su parte, protagonizó otros títulos a toda pantalla como “Historias extraordinarias”, “Barbarella”, “Danzad, danzad, malditos”, “Klute”, “Julia”, “El regreso” o “El síndrome de China”.

“Hay algo en él que le hace parecer mejor que otras personas. Y te gusta. Así que odias hacer o decir algo que te aleje de él. Y, lo más importante, no es alguien con quien puedes cotillear”




En 1979 Robert y Jane coincidían, ya por cuarta vez y encarnando, respectivamente, a Sonny Steele y a Hallie Martin, en “El jinete eléctrico” (The electric horseman), un maravilloso canto a la naturaleza y a la libertad, en este caso en forma de un precioso caballo, dirigido por un extraordinario Sydney Pollack.



Durante el rodaje de “El jinete eléctrico”, Jane empleaba su tiempo libre en impartir clases de gimnasia a los miembros del equipo de la película...


Redford, por su parte, dedicaba sus momentos entre toma y toma al cuidado de los caballos.



Tras finalizar la película, Robert compró a “Estrella Ascendente” y se lo llevó consigo a su rancho de Utah, donde el fabuloso caballo vivió 18 placenteros años más.

“Hemos hecho tres películas y en cada una de ellas
me ha tocado la fibra sensible…



… Eso sí, me vuelve loca cuando llega dos o tres horas tarde, aunque luego nunca es consciente de ello”

En 1981, Robert era premiado con el Oscar al mejor director por “Gente corriente”…


… y le entregaba, en esa misma ceremonia, el Oscar Honorífico a Henry Fonda por su extraordinaria carrera cinematográfica.


En 1982, Jane recogía en nombre de su padre el Oscar al mejor actor por su excepcional trabajo en la maravillosa ”En el estanque dorado”.




“Recuerdo cuando le vi por primera vez en las oficinas de la Paramount, y cómo todas las secretarias volvían la cabeza al verle pasar. Entonces pensé: ‘Ahí va una futura estrella’"
(JANE FONDA)